Con la llegada del calor empezamos a pensar en lucir silueta y si es bronceada mucho mejor pero en ocasiones no somos conscientes que si no sabemos cómo broncearse puede resultar peligroso o corto y largo plazo.
Existen dos reglas básicas para el bronceado de la piel: broncearse poco a poco y siempre utilizando protectores solares o filtros solares…
Tomar el sol esporádicamente durante mucho tiempo y sin protección solar, según el tipo de piel que se tenga puede llevar desde la alteración de la pigmentación hasta elastosis y melanomas. Hay que saber que los efectos perjudiciales de las radiaciones solares son acumulativas y sobrevienen una vez se traspasa lo podemos denominar como dosis umbral.
La piel dispone de mecanismos propios de autoprotección interna para reparar alteraciones provocadas por las exposiciones solares de gran intensidad, pero cada persona dispone de unos mecanismos más o menos fuertes según factores genéticos, tipo de piel, etc… Al entrar en funcionamiento esos mecanismos la piel consume melanina, queratina y también vitaminas antioxidantes que se irán consumiendo poco a poco llegando al envejecimiento prematuro…
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